Hola buenas, como ya no llevo esto como mi diario no he puesto por aquí que mi hija se fue a vivir a Reino Unido hace ya un año y cinco meses, el 10 de marzo de 2023 para ser exactos. Le echó muchas agallas y se fue a buscarse la vida. Y se la encontró. Y no sólo eso, sino que ha encontrado su lugar en el mundo. Ahora vive y trabaja en Guildford, la capital del condado de Surrey y ha hecho realidad su sueño de vivir donde realmente quería vivir, en Inglaterra, cerca de sus primas y de su amiga del alma, Paula. De modo que quise comprobar in situ que mi niña estaba no sólo instalada, sino totalmente integrada en las Islas (cosa que siempre sospeché que acabaría pasando). Así que el pasado puente del Pilar me planté en su casa y nos "regalamos" tres días de actividades culturales en la City y alrededores.
Salí un miércoles 11 desde Corvera (Murcia) y he de confesar que estaba un pelín estresada por ser la primera vez que iba sola a UK sin Gary. Treinta años viajando con él y no teniendo que preocuparme por la logística se notan. Pero bueno, como afortunadamente sé algo de inglés no tuve problemas, porque esa es otra, ahora TODO es automático y con maquinitas, que pueden ser intimidantes para los analógicos como yo. Pero nada, seguí el camino de baldosas amarillas y todas las instrucciones que me había dado Sofía y llegué a Guilford. Sensación rarísima de que me estuviera ella esperando a mí y no al revés. Su casa está bien, sin entrar en más detalles, sobre todo su habitación que es donde ella hace la vida. Tiene que compartir con 3 personas más, pero es que el tema de los alquileres está prohibitivo.
Jueves 12 de octubre de 2023
Teníamos entradas para WESTMINSTER ABBEY a las 10, así que había que madrugar para llegar a Waterloo Station temprano, obviando la hora punta y estar a tiempo en la cola para la Abadía. Menos mal que para entonces Sofía ya tenía interiorizado lo que se tarda, mejor dicho lo que se necesita para llegar a los sitios en Londres, porque si llego a ir yo sola, llego tarde fijo. Yo no había estado en la Abadía desde mi primer viaje a Londres en 1981, el que hice con mi tío Juan Diego, que por cierto ha muerto hace sólo tres meses, descanse en paz. Está practicamente recién restaurada y preciosísima. Cuando yo la vi estaba toda negra, aunque no recordaba casi nada. Aunque ahora el precio es un poco excesivo, 27 libras, merece la pena porque hay mucho que ver. Lady Chapel (Capilla de Enrique VII, dedicada a la Virgen María) con su impresionante bóveda de abanico sigue siendo una joya; o ver que Isabel I está enterrada junto a María Estuardo de Escocia, las primas que se odiaban en vida y ahora están juntas para la eternidad, lo que no deja de ser una ironía del destino; o el Rincón de los Poetas (Poets`Corner) donde están enterrados desde Chaucer a T.S. Elliot es emocionante, a mí por lo menos me emociona. Se nos pasó la tumba de Newton por ejemplo, no sé cómo, la verdad es que puede ser un poco abrumador y finalmente llegamos al Sillón de la Coronación, que está ahí desde el siglo XI. Magnífico y dado el perfecto estado de conservación en que la tienen es un disfrute para cualquiera que le guste el Arte, y éste lo es con mayúsculas.
Nuestra siguiente parada era la TATE MODERN. Cogimos el metro a St. Paul's Cathedral y comimos por la zona ya que teníamos entradas para ver una exposición de una artista japonesa, Yayoi Kusama, llamada "Infinity Mirror Rooms". Como su nombre sugiere, se trata de juegos de luces a base de espejos y agua en el suelo para aumentar así los reflejos y la sensación de luces infinitas, vamos, un alucine. Yo como no sabía lo qué iba a ver, ya que Sofía había hecho la reserva, me quedé encantada, me pareció chulísimo. Ella, sin embargo, había visto vídeos y se esperaba más, demasiadas expectativas. Después de eso decidimos volver al metro y pasar la tarde en CAMDEN TOWN, que hacía lo menos 30 años que no iba. Fue de las primeras cosas que vi con Gary, así que sí, 30 años sin ir. Está tal y como lo recordaba. Ambiente bohemio y desenfadado con todas las tiendas, cafés y restaurantes de todas las nacionalidades. La quinta esencia del Londres cosmopolita. No obstante, la zona está rehabilitada y se agradece, sobre todo la zona que está junto al río, mucho más cuidada. Se puede comer/cenar en los muchos puestos de comida de todas las partes del mundo. Como habíamos comido muy bien al lado de la Catedral nos limitamos a tomar té y pastelitos. El ambiente es muy relajante y acogedor, el sitio perfecto para pasar la tarde o la mañana. Apuramos hasta que empezaron a cerrar los locales y de vuelta al metro para coger el tren a casa y llegar reventadas, pero encantadas después de un día redondo.
Suzy