domingo, 3 de junio de 2012

CRISIS, WHAT CRISIS?

Hola otra vez, hace mucho que no me paso por aquí, eso de si no tienes nada bueno que decir mejor te callas ... y es que da igual dónde mires, todo está manga por hombro y el descontento empieza a hacer mella. Desde que volví de Barcelona parece que todo lo que no sea hablar de economía y la dichosa prima de riesgo no le interesa a nadie ya. Yo no sé nada de economía, gracias a Dios, ni quiero saber, aunque me lo están poniendo cada vez más difícil , lo de ignorarla, digo.
Y si no hablamos de la crisis parece que se nos acaban los temas de conversación, pues vaya rollo.
Probemos a darle la vuelta. Me he dado cuenta de que hay unas cuantas cosas que están cambiando para mejor gracias a la famosa crisis. Sí, no estoy loca, a ver, tenéis que reconocer conmigo que ciertas cosas estaban totalmente sacadas de madre antes. Eso de que los niños de infantil tengan ceremonia de graduación, que los cumpleaños de los niños sean comuniones; que las comuniones sean bodas; que para casarse haya que hipotecarse y que los viajes de fin de carrera sean viajes de novios; yo no sé vosotros pero a mí me parece una pasada. Y así con  todo lo demás, todo tiene que ser a lo grande, pues no señor no, ya está bien, joroba. Si la generación esta que ha tenido todo eso (los macrocumples, las macrocomuniones etc.) sufre intolerancia a la frustración no me extraña. ¿Cómo van a resolver las dificultades el día de mañana? no sé yo.
Aunque puede que no todo esté perdido, puesto que la cosa ha caído por su peso (menos mal) y la cordura y el sentido común pueden tener cabida de nuevo.
Ahora con la excusa de la crisis la peña ya se lo piensa dos veces antes de tirar la casa por la ventana porque el benjamín cumpla 5 añitos o los que se tercien. Las bodas y las comuniones también pueden ser un poco más comedidas e invitar a los que de verdad tengan algo que ver con los novios o con el niño en cuestión.
Otra cosa positiva, los precios de hoteles y restaurantes. Sobre todo estos últimos, que si que es cierto que están sufriendo mogollón, pero qué queréis que os diga, la gente no para de salir a tomárselas. Tendríamos que hacer una distinción y ver que los que realmente lo están pasando mal son aquellos locales que antes te levantaban en peso cuando salías a cenar y que han tenido que bajarse mucho para no tener que cerrar.
Pero los normalillos que se han ajustado a los nuevos tiempos están abarrotados. El ejemplo vivo lo tengo debajo de mi casa. El bar de la esquina de mi calle no solo no está sufriendo, sino que debe de tener un  par de cuentas en Suiza para guardar todo lo que saca, diossss ¡qué disparate! No hay manera de que se vacíe, ya sea fin de semana, entre semana, fiesta, de noche o de día, 7 días a la semana (menos la tarde del domingo). Por supuesto no voy a decir su nombre, encima no le voy a hacer más publicidad,jejeje.
Otro ejemplo, el hotel de al lado de mi casa (qué le voy a hacer, estoy rodeada) sé de buena tinta que lo estaba pasando mal, pero ha tomado una medida anti crisis y por lo menos en el bar-restaurante del mismo los precios de los menús de lunes a viernes son maravillosos. Aquí sí voy a hacer publicidad porque me he convertido en la fan número uno de sus menús. Vamos, con deciros que los viernes ya no cocino. Y claro se está corriendo la voz porque se come genial por poquíiiiiiiiiiisimo, y cuando digo poquísimo es menos de 10 euros. Así sí, con esos precios y encima calidad, pues claro. Por cierto el nombre es Mesón Las Viñas.  A ver si ahora le da a todo el mundo por venir y me quedo sin mesa para el viernes, jajajjaja.
Bueno, bueno, pues ya me diréis si estais de acuerdo conmigo en todo esto o es solo una apreciación mía.
Ánimo y besos a todos
Suzy