domingo, 6 de enero de 2013

FAMILIAS FELICES

Buenas, primero: ¡feliz año! pese a todo y segundo: ánimo para afrontarlo.
¿Os acordáis del juego de cartas "Familias de 7 países"? ese en que teníamos que conseguir la familia completa de los tiroleses, los mejicanos, los árabes, los esquimales, los bantúes, los chinos y los indios,  seguro que sí,  ¡qué felices que eran ellos y qué bien lo pasábamos nosotros! ¿verdad?. La familia china aparecía tan sonriente y  tan impoluta, lo mismo la india o la mejicana, bueno todas en realidad, ¡qué bonicos!
Cuando pienso en lo complicado que es llevarse bien en familia y sin embargo no podemos pasar sin ellos. Es más, cuando pasa algo serio de verdad de quien nos acordamos primero es de la familia. Y lo mismo si es algo bueno, nos falta tiempo para compartirlo. Entonces ¿por qué es tan difícil mantener ese delicado equilibrio? pues será porque el roce hace el cariño, pero también cansa.
Se supone que nuestra familia nos conoce de verdad, no hay trampa ni cartón. Nos han visto sin máscaras, en circunstancias adversas o en situaciones embarazosas o mejor aún nos han visto crecer o envejecer.
Ahí no vale la cara que ponemos para ir a trabajar, la que ponemos con los colegas cuando estamos de buen rollito o la que le pones al vecino que te ralló el coche en el garaje. Tu familia te conoce para lo bueno y para lo malo y hay que vivir con eso. Y se supone que estamos lo suficientemente civilizados como para poder convivir y eso es lo que nos diferencia del resto de mamíferos.
Pero cada individuo es único e irrepetible y cada uno es cómo es  nos guste o no. Tenemos que aguantarnos porque no somos perfectos (gracias a Dios) y porque la familia no la podemos elegir.
Toda esta psicología barata viene a cuento por las fechas que acabamos de pasar. Todos estamos deseando juntarnos para ver al primo, al tío o a los abuelos que hace meses o incluso años que no vemos. Y lo bueno de tener familia es precisamente eso, cogerse con muchas ganas el primer día y también dejarse con las mismas ganas cuando se acaban las vacaciones. Tirarse los trastos a la cabeza si llega el caso, pero saber que están y estarán ahí siempre que los necesites. Nuestra familia puede ser grande, pequeña, ruidosa, tranquila, aburrida, marchosa, extravagante, corriente, intensa, agarrada, espléndida, insufrible o maravillosa, pero es nuestra familia, y yo quiero aprovechar estas líneas para darles las gracias a la mía por haber estado siempre ahí, en lo bueno y en lo malo. Os quiero.
Un beso muy grande.

Suzy

1 comentario:

  1. Pues nada, ya lo has dicho todo.
    Está bien que estas navidades hayan servido para reforzar una idea positiva sobre la familia.
    Feliz año.

    ResponderEliminar