sábado, 28 de enero de 2017

AÑO NUEVO

Hola de nuevo. Feliz año a todos. La última vez que estuve por aquí fue antes de las navidades. Navidades que por cierto, no pudieron ser más nefastas. Perdimos a tres figuras míticas que han tenido mucha influencia en mi vida y que por tanto lamento enormemente. Primero George Michael, cuya música me acompañó en gran parte de mi juventud y a quien admiraba por igual como artista y como ser humano. Después perdimos a Carrie Fisher, y todos los frikis de las galaxias nos quedamos un poco más solos. Y por si eso no fuera suficiente, su madre, la maravillosa Debbie Reynolds se nos fue detrás por no poder soportar tanto dolor. Dos actrices que protagonizaron dos de mis 5 películas favoritas. Y mira que con lo que me gusta el cine, ese TOP FIVE es de lo más complicado, me cuesta mucho elegir. Pero ahí están en el podio, Star Wars y Cantando bajo la lluvia .
En fin, 2016 se llevó a muchos de mis referentes por delante (David Bowie, Alan Rickman, Prince) y el año nuevo nos ha traído lo peor de ese gran país lleno de contradicciones que es Estados Unidos. Definitivamente, vamos a extrañar muchísimo al presidente más cool de las últimas décadas.
Dicho todo esto, hoy estoy de enhorabuena. Me he llevado una gran alegría esta mañana.
Con motivo de la celebración de Santo Tomás de Aquino, ilustre patrón de la enseñanza secundaria, estábamos en la cantina empezando las actividades con el consabido chocolate con bollos y mientras que vigilaba para que determinados elementos subversivos no abusaran de los bollos y hubiera para todos, me he dado cuenta de que un chico alto, delgado con gafas se me quedaba mirando y me sonreía. He notado que seguía mirando y entonces es cuando he caído en la cuenta. Se trataba de mi alumno de Isaac Peral, Mohamed Mohouti, que ya está en 4º de ESO y que yo me lo dejé en 1º hecho un crío. Uno de los mejores alumnos marroquíes que he tenido y que además de atravesar media Cartagena a diario para llegar a Isaac Peral, se dejaba la piel trabajando y esforzándose por aprender. Ni uno sólo de los días que le di clase se mostró con desgana o se quejó de nada y creo recordar que no faltó ni un solo día.
Y ya os digo que vivía al otro extremo de la ciudad. Fue una auténtica gozada darle clase y enseñarle, porque realmente quería aprender y eso es muy gratificante y muy raro hoy en día.
Por supuesto, le va muy bien en 4º y espero que siga estudiando Bachillerato.
Tengo que reconocer que me ha alegrado el día. Ha sido genial volver a verlo y comprobar que no ha cejado en su empeño por aprender.
Suzy


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