domingo, 13 de noviembre de 2016

DE TODO UN POCO

Hola por fin. Hace siglos que no porto por aquí y supongo que habréis pensado que ya había echado el cierre, pues no, al menos todavía no. No es que no me haya pasado nada digno de mención, es que son demasiadas cosas y no veo el momento. Ya sé que suena a excusa barata, pero es lo que hay.
Desde que volvimos del verano mi vida ha cambiado un poco. Tengo a mis hijos estudiando en el mismo centro en el que trabajo y eso me ha alterado bastante la rutina. Ahora ya no soy sólo la maestra de inglés, ahora también soy la madre de Pablo y Sofía. Y claro ésto que, por supuesto, es una nimiedad, me altera un poco. Muchos compañeros míos tienen a sus hijos donde trabajan y no pasa nada, será que yo estoy un poco más alterada que ellos de por sí.
Cuando tus hijos son pequeños no te quieres separar de ellos (o sí, según la caña que den) y cuando crecen no te puedes creer que hubo un tiempo que te sintieras así. La idea de perderlos de vista se te hace cada vez más atractiva. Vaya por delante que adoro a mis hijos, sobre todo si están lejos de mí.
Y como ninguno de los dos es lector de este blog tampoco me preocupa que me critiquen por lo que diga por aquí. Al fin y al cabo este medio sigue siendo mi terapia y suelto lo que me agobia.
Pero no todo han sido marrones, me han pasado un par de cosas muy buenas desde que empezó el curso. La primera y más importante es que hemos conseguido vender el local de la academia donde trabaja Gary y hemos vuelto a nuestra sede original, con una sensación de ligereza que hacía tiempo que no experimentábamos. Nos ha comprado el local La Alianza Francesa.
¡¡Viva Francia!!  A ellos les viene al pairo que debajo se hayan instalado con alevosía y nocturnidad los miserables de Fluency (otra academia de inglés),  por algo son franceses
La otra buena noticia es que por primera vez en 24 años que llevo dando inglés en la enseñanza pública, tengo un grupo bilingüe de verdad. Y cuando digo bilingüe es que lo son. Ya he hablado por aquí de lo que opino del bilingüismo y de lo mal que está planteado en este país. Sigo pensando igual. Mientras que los politicuchos de medio pelo que tenemos no se den cuenta de que la única manera de que la gente aprenda inglés es dando más horas de inglés en grupos reducidos, seguiremos yendo a la cola de Europa.
Bueno, pues resulta que el grupo de 20 chavales de 1º de bachillerato que me ha tocado en gracia este curso SÍ  me pueden seguir en inglés toda la hora, SÍ me contestan en inglés (unos mejor que otros, evidemente) y sí siento que tiene sentido todo lo que digo y explico. A ver, si alguno de mis antiguos alumnos lee esto por casualidad, que no se me ofenda por favor. En todos mis años dando clase he tenido alumnos de todo tipo, unos mejores que otros como es normal. En cada clase siempre había alguno que otro que bien porque lo llevaban a alguna academia, porque le gustaban los videojuegos, porque le gustaba la música o simplemente porque le molaba el inglés se enteraba de lo que decía y si preguntaba el significado de alguna palabra o expresión me sabía contestar correctamente. Pero era eso, uno, dos, tres como mucho. Vamos, unos pocos y para de contar. Os podéis imaginar cómo me siento. Pues genial, la verdad, estoy motivadísima. Todo lo que siempre he querido hacer en clase y que nunca he podido lo puedo hacer ahora. ¡¡Un subidón del copón!!
Además y como bonus extra resulta que son un encanto, vamos, que encima molan como alumnos y como personas. ¿Qué más puedo pedir? :)
Bueno, pues ya hemos retomado las conversaciones, menos mal.
He vuelto para quedarme.
Seguiré contando lo que me pasa y si queréis podéis seguir opinando.
Un beso a todos.

Suzy

No hay comentarios:

Publicar un comentario