Viernes 18 de octubre de 2024
Hola de nuevo, en lo que se está convirtiendo en una bonita costumbre vuelvo a Reino Unido a encontrarme con mi hija. Ahora que lo pienso estoy volviendo a viajar a las Islas todos los años, como solía hacer cuando vivían mis suegros. Mi organizadora de eventos particular había sacado entradas para que viéramos CABARET el sábado y para la exposición THE FRIENDS EXPERIENCE el domingo. Lamentablemente mi avión salió con tres horas de retraso, con lo que el plan que me había preparado para el viernes se fue al traste. Menos mal que solo era ir a cenar a un pub que hay cerca de su casa. Para cuando llegué a Guilford eran las 11 y media de la noche, entre unas cosas y otras en su casa a las 12 bastante cansada siendo viernes (habiendo madrugado, etc). No obstante, tengo que decir que solo por poder dormir abrazada a mi hija merece la pena soportar todos los retrasos que sean, la verdad.
Sábado 19 de octubre de 2024
Al día siguiente no teníamos que estar en el teatro hasta las dos, así que nos levantamos tranquilamente y sin prisa pero sin pausa nos fuimos para Londres a dar una vuelta antes de entrar al musical. No queríamos comer mucho para que no nos diera sueño, pero tampoco íbamos a estar sin tomar nada hasta que fuéramos a cenar a Chinatown al terminar la función. De modo que nos pasamos por los puestos de comida que hay en Southbank, rollo street food como se dice ahora, que al decirlo en inglés pues suena más moderno (de toda la vida ha sido mercadillo de puestos de comida, pero bueno). Allí hicimos acopio de unas suculentas empanadas indias y sendos trozos de tarta de manzana, todo artesanal y muy rico. Ahora sí estábamos preparadas para lo que fuera,jeje. Nada más llegar al teatro nos pusieron unas pegatinas en la cámara del móvil con la finalidad de no dar por saco durante la representación. Me pareció una idea genial. Deberían hacerlo en todos los espectáculos. Yo había visto Cabaret en Madrid allá por el 2004 con Asier Etxeandia y Manuel Bandera. Fui con mi amiga Belén al Teatro Alcalá y aunque recuerdo poco, sí que recuerdo que me gustó, sobretodo el hecho de que el teatro se transformara en un cabaret con todas las mesitas en lugar de butacas tradicionales para recrear el ambiente de la película, bueno del musical de Broadway más concretamente. Por supuesto, en el teatro de Londres, el Kit Kat Club, también estaban las mesitas para cada dos delante del escenario, siendo este circular. El Kit Kat Club, por cierto, es precioso por dentro y por fuera. En cuanto al espectáculo en sí, fue bastante fiel a la película, con las variaciones "necesarias" para los tiempos que corren. No veo la necesidad de cambiar lo que es perfecto, como dice Leo Harlem, cambiar no siempre es mejorar, pero, en fin. Afortunadamente las más míticas están tal cual y bueno, las nuevas, no muy mal. El maestro de ceremonias, Emcee, que obviamente es el alma del espectáculo, era bastante bueno, nos gustó; Sally, mal, floja, no daba la talla; el papel de Brian (Michael York) bueno, no estaba mal; pero lo mejor sin duda eran "las chicas" casi todas unos pedazos de tíos impresionantes que no paraban de interactuar con el público y que bailaban y cantaban genial. Ah y la orquesta, la orquesta también fenomenal. Salimos de allí deseando revisar el clásico de Bob Fosse y reafirmándonos en que Lisa Minelli sigue siendo incomparable e insustituible. De ahí, bastante satisfechas a pesar de que las comparaciones sean odiosas, nos dirigimos a Chinatown, que al ser sábado estaba a reventar. Encontramos un restaurante en que la cola no daba la vuelta a la manzana y nos dieron mesa en el piso de arriba desde donde podíamos contemplar el bullicio tranquilamente mientras dábamos buena cuenta de nuestros platos. Una vez saciadas nos dedicamos a hacer dos o trescientas fotos y a seguir paseando por Pall Mall, viendo las galerías de arte y los anticuarios (los escaparates, se entiende). Sofía no había estado mucho en Londres de noche, a pesar de llevar casi dos años viviendo allí. Siempre que puede evitarlo se vuelve a casa antes de que se le haga muy tarde y además ya evita los sitios que están atestados de turistas, esto es Picadilly, Waterloo Bridge o el Westminster Bridge. Así que no había visto el Big Ben iluminado, jeje. Ahora sí, totalmente agotadas al tren y luego en taxi a casa. Un día genial, sí señor. 😍
Suzy
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