lunes, 5 de octubre de 2009

QUEENSLAND I PARTE

Sábado 15-08-09

Hoy volamos de nuevo. Nos vamos una semana a Cairns con mis cuñados y el primo Daniel. Para que os situéis, Melbourne pertenece al estado de Victoria y está en el sureste; mientras que Cairns pertenece al estado de Queensland, y está al noreste. De una punta a otra. Queensland es el segundo estado más grande de Australia y es famoso por tener una de las Maravillas del Mundo, La Gran Barrera de Coral. Al estar tan al norte, el clima es tropical. En 2005 estuvimos una semana buscando a Nemo en The Gold Coast, que está bastante más al sur y el tiempo no nos acompañó, aunque lo pasamos pipa. Esta vez, para asegurarnos nos vamos a la punta norte.
Mi cuñada Kim nació en Western Australia, pero de joven vivió en esta zona y la controla bastante. Según ella, Cairns no mola nada, está demasiado explotado. Así que nos eligió un pueblecito costero que está a una hora al norte de Cairns en donde ella trabajó durante una temporada.
Port Douglas es un puerto pesquero que empezó a desarrollarse con la fiebre del oro de finales del XIX y que a mediados de los 80 (del XX) tuvo otra fiebre, pero esta vez urbanística, y se dedicaron a construir hoteles, villas y resorts. Pero vamos, que no es precisamente Torrevieja.
Es más, Kim no había vuelto desde hacía 20 años y dice que, por supuesto, ha cambiado, pero está más o menos. Es bastante tranquilo . Está claro que la gente aquí no se estresa, tipo Caribe. Bueno huelga decir que es una monería.
Cuando Kim salió de aquí llevaba una mochila y viajaba en autobús, de modo que decidió volver a lo grande y reservó una limusina para que nos llevara del aeropuerto al resort. Es lo bueno de tener pasta,jaja.
Una hora en la limusina nos dio la opurtunidad de ver lo que nos esperaba. Ríos, manglares, bosques tropicales, playas de arena blanca y vegetación exuberante. YUPPY!! El paraíso debe ser muy parecido a esto,jaja. El resort se llama Hibiscus Gardens y aquí tenéis el link para que se os pongan los dientes todavía más largos: http://www.hibiscusportdouglas.com.au/ ,ventajas de tener a la familia repartida,jaja.
Las habitaciones son en realidad apartahoteles y el nuestro es enoooooooorme. Las piscinas, los jakuzzis y demás una maravilla. Aunque a toda esta gente se le ha acabado la tranquilidad.
Tres de los críos más chillones del planeta acaban de aterrizar. Sorry!
El resto de la tarde se nos va en organizar y comprar lo que necesitamos para vivir toda la semana y tratar de decidir qué excursiones podemos hacer. ¡La oferta es apabullante!
Para cenar, nos vamos a la calle principal del pueblo que es donde está la "marcha", lo entrecomillo porque siendo sábado noche no se puede decir que haya mucha. Pero bueno, aquí la gente viene a practicar todo tipo de deportes acuáticos (pescar, bucear, navegar...) relajarse en los resorts y poco más. Estamos en la estación seca, con lo que nos podremos bañar sin miedo a que nos piquen las medusas (BOX JELLY FISH e IRUKANDJI) que acaban con un tío con un sólo toque. Los australianos no las llaman jelly fish como los ingleses, sino stingers (por aquello de que sting-pican) y de noviembre a marzo sólo te puedes bañar en un cuadradito de la playa, el llamado marine stinger enclosure, que tiene la red a prueba de todas estas.
La temperatura es perfecta, 27-28 grados más o menos, eso porque es invierno; en verano, la estación húmeda, la temperatura sube unos 5 grados pero la humedad es insoportable, llueve mogollón y aparecen todos los bichos del bosque tropical que no molan nada: sapos que escupen veneno y tienen muy mala leche (son los CANE TOADS, con los cuales hacen carreras los lugareños, es que son muy heavies,jaja) lagartos XL, cucarachas como ratones y las medusas venenosas entre otros. Total, que hay que ir en invierno, está claro.
Acabamos cenando en un restaurante que parecía más un bar de copas que otra cosa, sobre todo por el nombre Rattle´n`hum, como el disco de U2; pero la cocina nos sorprendió gratamente. Este país es graaaaande y la gente piensa en grande (además de ser grandes también, jeje). En Inglaterra o en Singapur cuando pides un menú de niños lo normal es que te traigan la típica hamburguesa o pizza tamaño niño. Pero aquí no, aquí hasta los niños son grandes y su menú a lo bestia. Después de la cena, paseíto para ver la playa aunque sea de noche y WOW!!, ¡¡QUÉ CIELO!! ¡Qué cantidad de estrellas! ¡Qué preciosidad de noche! :)

Domingo 16-8-09

Por la mañana a la playita, bueno de playita nada. Se llama Four Mile Beach y efectivamente tienes cuatro millas de arena blanca y cocoteros,UFF, ¡Qué pasada! Siendo domingo está casi vacía, comparado con lo que estamos acostumbrados en el Mediterráneo, jeje. Pero antes de unirnos a los críos que ya están disfrutando en la playa, Kim y yo nos vamos al Sunday Market, esto es el mercadillo, que no tiene desperdicio. Es bastante artesanal, o sea que sería más paredido a lo que entendíamos por "los hippies" en los 80, que a lo que es ahora el mercadillo de los miércoles en CT o de los jueves en Murcia.
Tienes a los que te hacen "joyas" con la corteza de los cocos; tienes al que vende pieles de cocodrilo para que te hagas sombreros, cinturones o lo que se tercie. Tienes artistas callejeros improvidados tocando clásicos de los Creedence; tienes a otro tío con un remolque lleno de cocos que te los abre con el machete para que te los bebas o te los comas. Otro puesto con caña de azúcar para sacarle el jugo y que te lo bebas tal cual. Por cierto que los alrededores de Port Douglas están llenos de plantaciones de tabaco y caña de azúcar. Me recuerda un montón a Cuba. También hay puestos de sombreros de todo tipo y tamaño; otros de boomerangs y demás artículos aborigen. En fin, muy interesante. Pero sobre todo, la gente. Los Aussies (australianos) son la caña, son muy heavies como ya he dicho, pero es que no les queda otra, este país es mucho.
Después del mercado, a la playa como ya he dicho, pero sólo hasta la 1, porque a las 2 teníamos la primera excursión programada.
Habíamos pensado coger un barco, el Lady Douglas que salía de la marina en la hora de la siesta para llevarnos por los manglares e intentar ver a los cocodrilos en su entorno natural. El reclamo era de lo más atractivo así que fuimos directos.
El barquito, imitando a los antiguos de vapor, es una monada y nuestro patrón muy majo. Nos da la explicación del recorrido y de lo que vamos a ver. Estamos en un estuario, de modo que los cocodrilos de los manglares son de agua salada, es decir más agresivos que los de los ríos. De hecho a veces aparecen por la playa, pero sólo en la estación húmeda, uff.
Como es la hora de la siesta y la marea está baja aprovechan para quedarse en el barro tomando el sol. Así que es bastante probable que los veamos. Y ¡bingo! El primero nos costó mucho verlo. La leche como se camuflan. Ya nos lo dijo el patrón que tenían el mismo color que el barro y las ramas, y efectivamente, no hay manera. Visto el primero ya sabíamos lo que teníamos que buscar. Conseguimos ver tres más aparte de ese. Nos advirtió que había un nuevo macho dominante en la zona muy agresivo. Pero no lo vimos, sólo hembras.
¡Alucinante! Una cosa es verlos en el zoo, pero vértelos en el agua al lado tuyo, impresiona lo suyo. El recorrido por los manglares en sí ya merece la pena, con toda la vegetación y las aves de presa que también vimos, pero ver a los crockies tomando el sol en el barro y meterse en el agua es un flipe.
Antes de volver a la marina nos dio una vuelta por la boca de la ría y por un pequeño cabo que hay justo al empezar la playa. Al pasar por uno de los muchos restaurantes que hay mirando al mar, nos dijo que todas las tardes a eso de las 5 venía un pez muy grande al mismo sitio a que le dieran de comer, por lo que se había convertido en una celebridad, hasta le han puesto nombre: George! A lo mejor mañana nos pasamos. De vuelta a la marina nos despedimos de nuestro patrón que ha sido encantador y nos ha contado mogollón de historias de cocodrilos. Además hemos aprovechado para bombardearle a preguntas sobre qué excursiones merecen la pena y cuáles son un timo para los turistas.
Después de 2 horas y media con un sol de justica pero totalmente satisfechos con la super experiencia nos volvemos al resort a relajarnos en la piscina. Por la noche barbacoa a la luz de las antorchas de la misma. Otro día redondo. :)

Lunes 17-08-09

Día libre de excursiones para volver a disfrutar de la playa-piscinas o para hacer compras varias. Por la tarde teníamos planeado coger mesa en el restaurante de la marina donde le dan de comer a George. El tío lo tiene muy claro. Todos los días a las 17.15 sabe que le dan las sobras de los pescados del día. A las 16.30 ya estamos en pole position. Y ciertamente a las 5.00 aparece un camarero con un cajón lleno de esqueletos de pescado. Nos da la bienvenida y nos empieza a contar lo que estamos a punto de ver. El agua no estaba muy turbia con lo que seríamos capaces de verlo bastante bien. El pez en cuestión es una especie de mero pero a lo bestia. Nos dice que hay más de uno, en realidad son tres, aunque George es el más tocho. Y nos disponemos a inmortalizarlo preparados con nuestras cámaras, como los japoneses, sin tener ni idea de lo que íbamos a ver. Le ponemos la banda sonora de Tiburón, chanan, chanannnnn y de repente vemos una cola, la tensión va en aumento y pasan otro par de minutos y alguien grita ¡ahí va! y tú dónde, dónde. Ahí está, pero no uno, sino los tres, qué pasada de bichos, tienen por lo menos 3 metros, y empiezan a zamparse todo lo que les van echando, así sin prisa, tranquilamente, mientras la peña alucina en colores. Debí hacerle unas 30 fotos para conseguir sacarlo un par de veces,jaja. Después del espectáculo y totalmente alucinados nos dispusimos a cenar y de paso ver la puesta de sol que también fue espectacular, de escándalo vamos. De ahí a "casa" a dormir temprano que mañana toca madrugar.

Suzy

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