sábado, 24 de octubre de 2009

SINGAPUR II PARTE

Miércoles 26-08-09

De nuevo hacía Singapur, pero primero hay que salir de Australia. Si entrar está complicado, salir tres cuartos de lo mismo. Tienes que volver a declarar todo tipo de comida, animales, plantas o productos elaborados con animales y plantas, y hasta calzado que pueda llevar restos de tierra o plantas; una pasada vamos. Además hay que rellenar un formulario dando todo lujo de detalles sobre tu destino, el tiempo que has pasado en Australia, dónde lo has pasado y de qué manera. Luego, las colas para salir del país son más o menos las mismas que para entrar; con el añadido de que el papel de los pasaportes españoles es demasiado fino para que lo escanee el ordenador y en qué me ví para pasar el control de pasaportes.
Seis horas y media después, volvíamos a estar en el aeropuerto más bonito del mundo y en una de nuestras ciudades favoritas a raíz de este viaje. Antes de irnos de Raffles nuestros mayordomos (qué pijo suena,jaja) sabían que el cumpleaños de mi hijo era el día 27 de agosto y que por tanto coincidiría con la estancia a la vuelta de Melbourne. Vamos lo sabían porque Gary se lo había dicho y ellos, como tienen tantos detalles, tomaron buena nota. En la despedida de camino a Melbourne, nos hicieron una foto a los cuatro en la habitación y les hicieron regalitos a los críos y demás detallazos. Bien, pues cuando llegamos el día 26 por la noche, nos recogen de nuevo en el aeropuerto y al llegar al hotel nos dan la bienvenida como si de verdad fuéramos de su familia. ¿Qué direis que nos encontramos en la mesilla de la habitación? ¡¡La foto que nos hicieron en la despedida, enmarcada en cuero con el emblema de Raffles!! Bueno, nos quedamos sin habla.
Por supuesto al día siguiente, que era realmente el cumpleaños de Pablo, decoraron la habitación con globos y Happy Birthday por las paredes, mientras estuvimos fuera.Y, claro, aparecieron los tres con una super tarta, absolutamente exquisita, para que pudiera apagar las velas. En fin, muy fuerte. Siendo el cumple de Pablo, le dejamos elegir lo que podíamos hacer o ver. Eligió el zoo, que está en la parte norte de la isla, y que resultó ser una gran elección.
A medida que te alejas del centro, el paisaje se vuelve más y más selvático hasta llegar al zoo que está en plena jungla. Es una maravilla, tiene un lago enorme y precioso, que recorrimos en barco, y los animales no están en jaulas (bueno casi ninguna), se les ve de lo más contento. Por cierto, que estando en la zona de los reptiles empezó a llover y ya no paró. ¡Que manera de llover! Creíamos que nos tenían que sacar de allí en zodiac.
Al día siguiente volábamos para Londres con Singapur Airlines, pero esta vez en el Airbus 380, que es el avión más grande y más chulo del mundo. Si para subir a un avión normalmente pasas por una especie de tunel, después de entregar las tarjetas de embarque; aquí te encuentras con TRES tuneles, uno para los de primera clase, otro para los de la clase turista (esto somos nosotros) y otro para las suites (que llevan camas). Es alucinante; a mi me daba yuyu, no podía dejar de pensar en el Titanic,jaja. Eso de que sea tan grande... Pero una vez dentro, flipas tanto que se te olvida. Tanto el despegue como el aterrizaje fueron perfectos, tan suaves que ni me enteré, vamos yo diría que los más suaves de mi vida. El menú, las azafatas, los azafatos, las pelis, los aseos, bueno, todo, un lujazo. Impresionante. Se nos pasaron las 12 horas de lo más entretenido.
En fin, otra experiencia inolvidable para poner el broche de oro a un viaje de ensueño. :)

Suzy

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