Efectivamente a las 7:00 ya estábamos allí y aunque estaba muy tranquilo no se puede decir que fuéramos las únicas, pero nada que ver con el resto del día. Había otro señor (japonés por supuesto) cargado de trípode y super cámara que había tenido la misma idea que nosotras, una pareja (japonesa) de lo más curiosa y los típicos corredores matutinos que ya forman parte del paisaje de cualquier ciudad. La luz a esa hora no era ni mucho menos tan bonita como la del primer día, pero no dudamos en fotografiarlo desde todos y cada uno de los ángulos posibles. Me atrevería a decir que incluso nos ensañamos haciendo fotos, pero es que es tan bonito…
Volvimos sobre nuestros pasos para desayunar comodiosmanda en la Plaza del Ayuntamiento y de paso ver el Reloj sin gente. Lo de verlo sin gente muy bien, pero lo de desayunar ya no tanto. Resulta que ninguno de los bares-restaurantes-hoteles de la Plaza sirven antes de las 9:00. Nuestro gozo en un pozo. Nos adentramos un poco por las callejuelas circundantes y menos mal que dimos con una cafetería (italiana tenía que ser) que sí nos daba de desayunar. Un buen café italiano después de tanto brebaje al que tienen el valor de llamar café se agradeció bastante. Ahora solo nos quedaba hacer acopio de souvenirs y despedirnos de una ciudad encantadora, amable y maravillosa. Un disfrute de viaje que recomiendo de todo corazón a todos los que no hayan tenido la suerte de visitarla aún. :) :)
Suzy






Suzy
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