Normalmente pasamos parte del verano en la casa que mi madre tiene en Mazarrón. Es una casa grande de planta baja que perteneció a mi abuela y donde nos metemos las tres familias. Llevo veraneando en Mazarrón desde que tenía 6 meses así que puedo decir que me he pasado media vida allí, incluso me casé allí,jeje.
La transformación del pequeño pueblecito de pescadores en el macro enclave turístico en que se ha convertido ha sido muy dolorosa, al menos para los que pasamos algunos de los mejores momentos de nuestra infancia y adolescencia en sus playas. No obstante el Mediterráneo sigue estando ahí y no deja de tener cierto encanto todavía, sobre todo en junio y septiembre.
¿Por qué os estoy metiendo todo este rollo? Pues porque este mes de agosto en uno de mis innumerables paseos con mis hijos por el paseo marítimo, me topé con un grupo de chavales que estaban disfrutando del verano de una manera muy peculiar y muy preocupante a la vez:
mmmmmmmmm
¿Qué os parece? Triste ¿verdad?. Creo que sobran los comentarios, aquello de una imagen vale más... Lo peor es que se esté convirtiendo en algo cada vez más normal.
¡Qué lástima de generación!
Suzy
bah, desde luego me averguenzo de mi propia generación, y de qué manera...cada vez se apuesta más por la tecnología,los niños nacen con ordenadores en las manos mientras los recuerdos de los veranos pasados jugando con los amigos todo el día en la calle y demás se van sustituyendo por consolas y tardes frente al ordenador, que pena. Normal que nos estemos cargando el mundo, cada vez lo disfrutamos menos.
ResponderEliminarUn saludo
Muy interesante reflexión, Susana.
ResponderEliminarLa foto da un poco de yuyu, desde luego.
Pues nada, me apunto a esta bitácora tan personal. Suerte en la singladura.
See you in Isaac Peral.