domingo, 11 de agosto de 2024

CIUDAD RODRIGO (Salamanca)

 Salimos de Candelario en dirección CIUDAD RODRIGO esperando poder llegar a comer o en su defecto comer algo en el camino. Atravesamos la sierra con un paisaje grandioso y cuando nos faltaba poco para llegar a Ciudad Rodrigo nos paramos en un pueblecito y entramos en el típico bar sin nombre. Nos sentimos muy marcianos pues parece que no han visto a gente de fuera en décadas. Sólo había ancianos echando su consabida partida de dominó que se nos quedaron mirando como si fuéramos de otro planeta. Una sensación rara, la verdad. Pedimos una coca-cola y la chica de la barra (que tenía acento ucraniano) nos ofrece una patatas a lo que contestamos que sí y desaparece detrás del mostrador. Nos terminamos las latas y la chica sigue sin salir, está tardando demasiado y no sabemos qué pensar. No entendemos qué está pasando y cuando ya estamos a punto de dejar el dinero en la barra y marcharnos aparece con un plato de patatas fritas, recién fritas, de las de sartén. Flipamos en colores, nos comemos las patatas quemando y 6€ más tarde estamos de vuelta en el coche, como si hubiéramos parado en un motel en mitad de Wisconsin, muy raro. 

Ciudad Rodrigo estaba más cerca de lo que pensábamos y en seguida encontramos la Plaza Mayor que era donde teníamos el hotel, en la Antigua Audiencia. Es, como su nombre indica, la antigua audiencia de la ciudad; un edificio de estilo neoclásico que está en la Plaza Mayor junto a la Casa del Primer Marqués de Cerralbo y del Ayuntamiento, ambos del siglo XVI. Llegamos justo a tiempo de tomarnos un plato combinado en el bar de abajo del hotel. Probamos el farinato con huevos fritos que es uno de los platos típicos de la zona. El farinato es nuestro chorizo, pero ibérico y además frito, vamos, una bomba de colesterol. Plato muy apropiado, sin embargo,  para las gélidas temperaturas que sufren aquí en invierno. Dejamos el coche fuera de las murallas que rodean todo el casco histórico y nos disponemos a descansar un poco antes de recorrer la ciudad por la tarde. 

Ciudad Rodrigo es una auténtica preciosidad. Está tan sólo a 25 km de la frontera con Portugal, en la Raya como lo llaman aquí. Atravesada por el río Agueda y rodeada por la dehesa salmantina, el enclave es  espectacular. La ciudad vivió un gran apogeo entre los siglos XV y XVI y está repleta de casas palaciegas y edificios civiles y religiosos de un gran valor histórico. Un paseo por el Renacimiento español en todo su esplendor. Durante la Edad Media, en la Reconquista, ya empezó a tener mucha importancia por estar muy bien situada entre los reinos cristianos y el reino de Portugal. En el siglo XIV Enrique II de Trastámara  mandó construir una fortaleza que es en la actualidad el Parador Nacional. Pasear por sus calles, rodear los 2 km que mide la muralla medieval o recorrer sus casas y palacios es un viaje en el tiempo sin Delorian. El estado de conservación de la mayoría de los edificios incluido la Catedral de Santa María, que se construyó entre los siglos XII y XIV es magnífico. Entre la muralla, la catedral y los palacios e iglesias, la ciudad (que por supuesto, está declarada como Conjunto-Histórico-Artístico) es una verdadera joya. Las vistas desde la muralla con el río y la dehesa al fondo son impresionantes.  La tarde, como no podía ser de otra manera, la pasamos recorriendo la muralla y demás calles y plazas y  haciendo doscientas mil fotos. Como aún no habíamos terminado de digerir el farinato pasamos de cenar y nos acostamos temprano porque el día había sido muy completo y estábamos reventados y henchidos de felicidad ante tanta belleza. 

Sábado 23 de septiembre de 2023

Desayunamos en el bar de abajo y nos dispusimos a visitar los monumentos y museos que nos quedaron de la tarde anterior. La primera visita es obligada, la Catedral de Sta. María. Es de estilo románico de transición al gótico, por lo que es bastante más sobria que las últimas que visitamos en León y Burgos; pero igualmente muy bonita, sobre todo el claustro. Al finalizar la visita, me fui (yo sola) a ver el Museo del Orinal  que está en la misma plaza de la catedral. El precio es simbólico, 2€. Debe ser el museo más original que he visitado en mi vida y seguro que ostenta ese título, porque es único, sin duda. Se trata de una colección particular donada al Conjunto-Histórico-Artístico de la ciudad y que como he dicho, es muy muy curiosa. La mayoría de las piezas son de porcelana inglesa y hasta china, hay algunas que son muy bonitas. Muy interesante y divertido, la verdad. El resto de la mañana y la tarde lo pasamos recorriendo las casas palaciegas y demás edificios de interés. Volvimos a subir a la muralla para ver las vistas y el río con la luz de la mañana y encontramos un sitio de lo más auténtico para comer. Después de descansar un rato en el hotel seguimos visitando-paseando edificios ilustres. Han elaborado una ruta por la ciudad que se llama "Juego de Escudos". Como he dicho anteriormente, la ciudad está repleta de casas palaciegas, cada una de ellas con su correspondiente heráldica. La ruta consiste en ir descubriendo los escudos/heráldicas de las mismas. Si te gusta el tema de la heráldica (a mí me encanta) es una forma muy entretenida de recorrer la ciudad. Empezamos por la mañana y seguimos toda la tarde hasta que el cansancio nos venció. Habíamos fichado una confitería sita en la Plaza Mayor e hicimos acopio de pastelitos para merendar y ya no cenamos. 

Domingo 24 de septiembre de 2023

Salimos temprano puesto que teníamos 8 horas de coche por delante sin contar las paradas. A las 9 ya estábamos en la carretera y a las 5 y pico de la tarde en casa, con una parada en Tobarra para comer. Son 750 km, está muy lejos, la verdad, pero disfrutamos de tres días magníficos en que todo nos salió a pedir de boca, así que volvimos totalmente renovados y con las pilas cargadas para enfrentarnos al nuevo curso.  

Suzy




 




















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