Martes
2 de julio de 2019
Como
he dicho, la primera mañana estábamos muy despistadas, pero a pesar
de eso conseguimos ver bastante. Manhattan se divide en cuatro
grandes zonas (Uptown, Upper sides, Midtown y Downtown). Nosotras nos
alojábamos en Midtown, que sería como la Puerta del sol de Madrid o
Picadilly Circus en Londres, vamos, en todo el mogollón.
Así
que esa mañana nos lanzamos a ver todo lo que teníamos por la zona,
como la Biblioteca Pública (New York Public Library) que nos pillaba relativamente cerca y
Bryant Park que está justo a la espalda de la misma. Bryant Park es
un oasis en ese maremágnum que es la 5ª Avenida a la altura de las
calles 40 y 42.
Otro objetivo cercano era el Rockefeller
Center,
que también lo teníamos al lado, a donde fuimos a recoger las
entradas para subir al día siguiente al Top
of the Rock
(el mirador que se encuentra en la 70ª planta del famoso
rascacielos).
También
tuvimos tiempo de ver la Estación Central (Grand Central Terminal)
que hemos visto en cientos de películas y que es una maravilla y
está al lado del emblemático edificio Chrysler.
La
Biblioteca Pública, que también sale en otro mogollón de pelis
(‘Desayuno con Diamantes,’ ‘Cazafantasmas,’ o ‘John Wick’
por nombrar algunas) merece la pena por eso y por sí misma. Y
Bryant Park, ese remanso de paz y buen rollo, también lo hemos visto
en ‘Misterioso Asesinato en Manhattan’ de Woody Allen.
Después
de ver todo esto volvimos a descansar un poco al hotel para
organizarnos la tarde y recuperar fuerzas.
La
primera parada fue a un pub irlandés que nos pillaba al lado, The
Stagecoach Tavern.
El sitio no puede ser más auténtico y como bonus extra estaba
jugando EEUU contra Inglaterra en el Mundial de fútbol femenino. El
ambiente era alucinante, y encima iban ganando las yankees, jeje.
Deboramos nuestras primeras hamburguesas con pepinillos del tamaño
de calabacines entre otras exageraciones y ya una vez repuestas nos
dirigimos a explorar Central Park. Tengo que mencionar que nuestro
hotel estaba en la 7ª Avenida entre las calles 50 y 51 y teníamos
Central Park a sólo 8 calles al norte, vamos, al lado, y Times
Square a unas 6 calles hacia el sur, o sea que estábamos muy bien
situadas. Muy céntrico, sí, pero con lo que eso lleva consigo,
aunque si es la primera vez que vas, está genial tener todos los
reclamos turísticos a tiro de piedra.
Central
Park es tan grande que necesitas un plano aparte para ver por dónde
andas. Es tal y como lo habíamos imaginado a fuerza de verlo en
infinidad de películas. Gente andando, corriendo, en bici, tomando
el sol, leyendo, jugando a voley playa, al ajedrez, paseando al
perro, paseando en calesa, tocando el saxo, la guitarra, el
violín…cantando, haciendo breakdance o cómo se llame ahora….todo lo que te puedas
imaginar y más. Como es tan grande en ningún momento te agobias,
como mucho te puede dar el agobio porque te pierdas, porque es como
un bosque. Una maravilla de 341 hectáreas que se diseñó en 1858 y
se tardaron 16 años en construir para crear colinas, prados,
estanques, plantar más 500.000 árboles y construir los más de 30
puentes y arcos que contiene. Que se dice pronto.
Nos
llevó todo el resto de la tarde ver sólo un tercio, en concreto
Strawberry
Fields,
que es la zona que patrocinó Yoko Ono en honor a John Lennon;
Bethesda
Terrace,
que la recordaréis por su fuente y ha salido por ejemplo en la peli
de George Clooney y Michelle Pfeiffer, ‘Un Día Inolvidable’, y
donde vimos a un negro tocando la guitarra y cantando
maravillosamente; o Wollman
Rink,
que en invierno es una pista de patinaje sobre hielo pero ahora está
llena de norias y otras atracciones de feria y hemos visto en
clásicos como ‘Love Story’ o más recientemente en
‘Serendipity’. Una auténtica gozada. Después de hacer
doscientas mil fotos fuimos hacia el oeste, a Central Park West, en
concreto a la 8ª Avenida, porque íbamos buscando el edificio Dakota
que está en la esquina con la calle 72. Tristemente famoso por el
asesinato de Lennon y por la película de Polanski, ‘La Semilla del
Diablo’, el edificio sigue siendo precioso y merece la pena verlo.
Si
hubiéramos seguido hacia el norte habríamos acabado en el Upper
West Side, que no es tan pijo como el Upper East Side pero ya se nota
el nivel en las calles tranquilas con casas mucho más caras y más
chulas. Central Park queda justo en medio de estos dos barrios. El
apartamento de Holly Golightly, la entrañable protagonista de
‘Desayuno con Diamantes’ estaba por supuesto, en el Upper East,
más concretamente en el número 169 de la calle 71, y la
protagonista de ‘Sexo en NY’, Carrie, también vivía en esta
zona, dos calles más arriba para ser exactos, en el 245 de la 73,
aunque los exteriores de su apartamento se rodaron en realidad en una
preciosa calle arbolada del West Village, que se ha convertido en un
lugar de peregrinaje tan deseado, que los vecinos han tenido que
poner una cadena con el letrero de “No Pasar”.
Ni
que decir tiene que no vimos ninguno de los dos. En su lugar
empezamos a bajar por Columbus Avenue (esto es, la Avenida de Colón)
buscando el Lincoln
Center,
que está
entre
las calles 62 y 66 y que es un gigantesco complejo que alberga la
Metropolitan Opera, el NYC Ballet, la NY Philarmonic, los teatros
Vivian Beaumont y Walter Reade así como salas de conciertos y la
Julliard School. Ahí es nada y que también hemos visto en películas
como ‘Cisne Negro’. Para cuando lo encontramos nos había caído
un chaparrón, que vino muy bien para que se refrescara el ambiente y
nos moríamos de hambre. Otra de las guías que seguí a pies
juntillas era el libro de Elvira Lindo, ‘Lugares que no quiero
compartir con nadie’ y en él menciona que le encanta ir a comer a
un restaurante que está justo enfrente del Lincoln Center, el PJ
Clarke’s.
Y dicho y hecho. El sitio tiene carácter, otra taberna pero esta vez
al viejo estilo con máquina de discos y todo, una jukebox para meter
un cuarto de dólar y poner alguno de los grandes clásicos de la
música americana mientras esperas que te sirvan una de las mejores
hamburguesas de la ciudad o un súper sándwich de pollo y de postre
la mejor tarta de queso de Nueva York, o eso al menos es lo que dice
la publicidad del local.
Totalmente
saciadas, con los pies mojados y bastante cansadas cogemos un taxi y
derechitas a dormir después de un primer día agotador pero muy muy
satisfactorio.
Suzy
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